- Zusatztext
No somos ciudadanos, sino súbditos. Yendo un paso más allá, Valdecantos añade que, de hecho, "ciudadano" y "ciudadanía" son, en sí mismos, conceptos mixtificadores forjados para maquillar el rostro monstruoso de lo político. Por ejemplo, la doctrina medieval de la supremacía del poder eclesiástico sobre el secular expresa la verdad de la dominación contemporánea, donde la potestad del mercado rige la esfera de lo político. Así, el día en que los súbditos repudiaran y se burlaran de todo lenguaje legitimador y se burlaran de él, estaríamos ante el modo de resistencia más insidioso y quizá, también, el más fecundo.
- Kurztext
No somos ciudadanos, sino subditos. Yendo un paso mas alla, Valdecantos anade que, de hecho,"e;ciudadano"e; y"e;ciudadania"e; son, en si mismos, conceptos mixtificadores forjados para maquillar el rostro monstruoso de lo politico. Por ejemplo, la doctrina medieval de la supremacia del poder eclesiastico sobre el secular expresa la verdad de la dominacion contemporanea, donde la potestad del mercado rige la esfera de lo politico. As el da en que los sbditos repudiaran y se burlaran de todo lenguaje legitimador y se burlaran de l, estaramos ante el modo de resistencia ms insidioso y quiz, tambin, el ms fecundo.
- Autorenportrait
Antonio Valdecantos (Madrid, 1964) es catedrático de Filosofía en la Universidad Carlos III de Madrid. Se doctoró en 1994 con una tesis sobre El mito del contexto y se habilitó en 2007 con una investigación sobre Moral y política de la vergüenza. Ha publicado, entre otras obras, Apología del arrepentido (2006), La moral como anomalía (2007),La fábrica del bien (2008) y La clac y el apuntador (2011). En los últimos años ha ejercido una crítica constante, y a menudo pugnaz, de los procesos de tecnocratización y mercantilización de la universidad y del conocimiento.
No somos ciudadanos, sino súbditos. Yendo un paso más allá, Valdecantos añade que, de hecho, "ciudadano" y "ciudadanía" son, en sí mismos, conceptos mixtificadores forjados para maquillar el rostro monstruoso de lo político. Por ejemplo, la doctrina medieval de la supremacía del poder eclesiástico sobre el secular expresa la verdad de la dominación contemporánea, donde la potestad del mercado rige la esfera de lo político. Así, el día en que los súbditos repudiaran y se burlaran de todo lenguaje legitimador y se burlaran de él, estaríamos ante el modo de resistencia más insidioso y quizá, también, el más fecundo.